El Centro Cívico Delicias será escenario esta noche de la magnífica voz de Beatriz Bernad, concierto incluido en la programación del Ciclo De La Raiz (jornadas de cultura radical) a las 21,30 horas, el que sera el antepenúltimo concierto de este ciclo.
Beatriz interpretara un ramillete de hermosas jotas, que conforman un repertorio basado en las mujeres que han sido a lo largo de la historia, un disco de vieja y nueva jota, un disco de respeto a la jota antigua mostrando su fuerza en nuevos caminos y nuevas experiencias. La cantadora estará acompañada en el escenario por Alberto Gambino, en la dirección musical y a la guitarra, Sergio Aso Benito (bandurria contralto), Javier García Vega (bombardino), David Aznar (acordeón) y Lourdes Escusol e Isabel Rocatín (coros). Y con el cantador Nacho del Río, como invitado especial.
El disco de Beatriz Bernad, muy esperado por los aficionados al género de la jota, se presentó en el Auditorio de Zaragoza en octubre de 2015. Se trata del proyecto más ambicioso hasta el momento de Beatriz Bernad, que ha levantado una gran expectación entre los amantes del folklore aragonés, bajo la dirección de Alberto V. Gambino, uno de los grandes renovadores de la jota aragonesa.
Se trata de un trabajo íntegramente dedicado a las cantadoras de jota más tradicionales. Sus cantes y diretes llegan renovados en la voz de esta excepcional cantadora. Este repertorio, remozado con letras de escritores actuales y llevadas a la grabación por
Beatriz Bernad, ha contado con un sólido elenco de músicos, Alberto V. Gambino, a la dirección musical, arreglos y guitarras; Sergio Aso a la bandurria soprano, contralto y tenor; Javier García Vega al trombón, bombardino y tuba; y David Aznar al acordeón cromático.
Porque hay también un espacio para la buena música, las buenas variaciones y los instrumentales, porque la jota es permeable y su unión a otras músicas se hace patente en este concierto. Este disco también ha contado con artistas invitados muy especiales como Toumani Diabaté a la kora, Kepa Junkera a la trikitixa, Nacho del Río y Carmen París.
Beatriz Bearnad, natural de Lécera (provincia de Zaragoza), nace el 16 de febrero de 1979. Sus primeras lecciones, a la edad de 4 años, las recibe de Pilar Sanz Baquero en la localidad de Belchite. En su primera etapa de infantil ya obtiene premios en varios concursos. En 1986 se traslada con la familia a Zaragoza donde fija su residencia definitiva.
En esta segunda etapa asiste a clases de Jesús Burriel, con el cual empieza su carrera en la jota cantada y cosecha sus primeros premios en la categoría de juvenil: 1992 Villa de Belchite, en el que obtiene el primer premio; 1993 Certamen de Huesca, obteniendo primer premio; 1994 Villa de Tarazona, primer premio; 1995 Barrio de Movera, obteniendo el primer premio, entre otros muchos galardones.
A finales de 1995 se hace cargo de su preparación Jesús Gracia "campeón de campeones" y sigue aumentando los grandes éxitos en la jota y obteniendo, como aficionada, numerosos premios, entre los que destacan los dos segundos premios del certamen oficial de jota y del Demetrio Galán Bergua. En 2003 se le otorga el primer premio del certamen oficial de jota, con el cual su categoría pasa a ser profesional participando en numerosos concursos y obteniendo primeros premios en Ciudad de Tarazona, Villa de la Muela, Villa de Almudévar, etc.
Toda esta trayectoria de numerosos éxitos lleva a plasmar su voz en un gran trabajo con la editorial Prames, titulado “La jota ayer y hoy”, en el que se plasma un gran trabajo de investigación y de respeto por los estilos de jota que en sus tres volúmenes se pueden escuchar. En la actualidad está volcada en la enseñanza y en transmitir con su voz, por todos rincones de nuestra geografía, la jota aragonesa, interpretada magistralmente.
Si la jota fuera como la ópera, Beatriz Bernad sería su María Callas. Las divas, para serlo, precisan cualidades propias de los dioses que las hagan únicas, incomparables e irrepetibles, admirables por el común de los mortales que ven en ellas algo mágico e
inalcanzable. Cualidades que, como las de cualquier otra divinidad, sean susceptibles de
ser puestas sobre un altar y adoradas, o paseadas en procesión sobre una peana.
Cuando Beatriz Bernad sale a un escenario, vestida siempre con indómita elegancia, con esos hermosísimos trajes aragoneses que parecen salidos de los mejores talleres del antiguo Egipto o de la Roma Imperial, y despliega su voz prodigiosa, delicada y poderosa al mismo tiempo, todos entendemos que estamos ante algo sobrenatural, “divino”, que no alcanzamos a comprender, porque es imposible dar con las razones que expliquen
cómo alguien pueda cantar así. Por eso Beatriz Bernad es en realidad nuestra María Callas, nuestra particular diva de Lécera. Y todos los días agradecemos a los dioses que una voz como la suya enseñoree el canto de la jota. Y les invocamos para que continúe haciéndolo por muchos años.
José Luis Melero
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